La tendinitis: qué es y cómo manejar esta molesta inflamación | Laborest

La tendinitis: qué es y cómo manejar esta molesta inflamación

La tendinitis es un trastorno común, que consiste en la inflamación del tendón. El tendón desempeña un papel fundamental en nuestro cuerpo porque conecta los músculos con los huesos, y convierte la contracción muscular en movimiento. La escasa elasticidad de las fibras del tendón y las continuas tensiones provocadas por nuestros movimientos pueden desencadenar un proceso inflamatorio que, si se descuida o no se trata, puede convertirse en crónico.

Síntomas y causas de la tendinitis

Los síntomas de la tendinitis son muy molestos: dolor en la extremidad o la articulación, a menudo intenso (tanto en reposo como durante el movimiento), a veces con hinchazón.

Si bien la tendinitis puede ser causada por una lesión repentina, a menudo es el resultado de la repetición prolongada de un movimiento determinado que se realiza a menudo al trabajar, por ejemplo, o al practicar un deporte. De hecho, en el deporte, una técnica de movimiento inadecuada puede sobrecargar el tendón y provocar una inflamación.

 

Factores de riesgo para la tendinitis

Hay muchos factores de riesgo para la tendinitis.

  • El primero es la edad: al envejecer, las fibras de los tendones se vuelven menos flexibles, lo que hace que se vuelvan más susceptibles a las lesiones
  • Algunas profesiones exponen a quienes las ejercen a un mayor riesgo de padecer tendinitis. Algunos ejemplos son las que requieren movimientos repetitivos, como se mencionó anteriormente, pero también el mantenimiento de posiciones anormales, y la exposición a vibraciones y a esfuerzos intensos. Por lo tanto, profesionales como pintores, mecánicos, carpinteros, almacenistas, carniceros, así como cirujanos, sastres o camioneros, están en riesgo.
  • Algunas tareas domésticas también pueden esconder trampas: este es el caso, por ejemplo, de las tareas repetitivas como planchar o limpiar vidrios y pisos.
  • También hay deportes que pueden aumentar el riesgo de desarrollar tendinitis, especialmente si la técnica no es óptima. Además del tenis (todos conocemos el “codo de tenista”), actividades como el béisbol, el baloncesto, los bolos, el golf, correr (tendón de Aquiles), el esquí y la natación deben realizarse con precaución.
  • Por último, hay que tener cuidado con la práctica excesiva de algunas aficiones aparentemente inofensivas, como el bricolaje, el uso del joystick o incluso el escribir mensajes de texto en el móvil. De hecho, si se hacen con demasiada regularidad, pueden forzar los tendones y, en consecuencia, inflamarlos.

 

¿Cómo prevenir la inflamación?

Como hemos visto, ciertos comportamientos pueden aumentar el riesgo de inflamación de los tendones. El lado positivo es que hay muchas cosas que se pueden hacer para prevenirla.

En general, es bueno:

  • reducir los movimientos repetitivos
  • evitar actividades que supongan un esfuerzo excesivo para los tendones, especialmente durante periodos prolongados
  • si un movimiento o un ejercicio produce dolor, detenerse y descansar, sobre todo al hacer deporte o trabajar. Si las molestias son persistentes, tratar de cambiar de movimiento o ejercicio
  • en el deporte, combinar los ejercicios de alto impacto, como correr, con los que suponen una menor carga para los tendones, como el ciclismo o la natación
  • realizar correctamente los ejercicios deportivos, incluido el calentamiento. El deportista debe aprender a realizar los movimientos correctos, recibiendo clases si es necesario, sobre todo en las etapas iniciales de una nueva disciplina, ya que, de lo contrario, se pueden dañar los tendones.
  • realizar ejercicios de estiramiento después de cada sesión de actividad física (es decir, cuando los músculos están calientes)
  • prestar especial atención a la evaluación ergonómica del espacio de trabajo. Por ejemplo, en la oficina se debe ajustar la silla, el teclado y el escritorio como se recomienda según la altura propia y la longitud de los brazos. Esto ayudará a proteger las articulaciones y los tendones contra una tensión excesiva al realizar las actividades normales

 

Manejo de la tendinitis

No hay que subestimar la tendinitis: sin un tratamiento adecuado y oportuno, la inflamación puede volverse crónica. También podría aumentar el riesgo de rotura del tendón, una afección grave que a veces requiere una intervención quirúrgica para resolverla.

En cambio, con un buen manejo, las tendinitis leves se resuelven o pueden reducirse considerablemente en pocos días con automedicación. El descanso es esencial para dar tiempo al cuerpo a reparar el daño: debe evitarse el calor, y el hielo es un gran aliado.

Si los síntomas persisten, se debe consultar a un médico, que podrá evaluar la gravedad de la situación y sugerir formas de reducir el dolor y la inflamación para lograr la curación.

La naturaleza también puede ayudar a la salud de las articulaciones

La salud de las articulaciones, a la que a menudo no prestamos suficiente atención, es fundamental para el buen funcionamiento de todo nuestro cuerpo, para movernos correctamente. Es como si los tendones necesitaran una nutrición específica para mantenerlos bien hidratados y no inflamados. La naturaleza está llena de sustancias que pueden ayudarnos con sus propiedades. Por ejemplo, el resveratrol (que está presente en varios vegetales como la vid, las moras y el cacao), la bromelina (derivada de la piña), el extracto titulado de Boswellia, la mirra y los curcuminoides presentes en el extracto titulado de Curcuma longa. Mientras que hay otras sustancias que pueden favorecer la nutrición de los tendones: el colágeno (que constituye el 95-99% de la estructura del tendón), la condroitina, la glucosamina, la lisina, la vitamina C y la arginina. Estos valiosos elementos están presentes en algunos suplementos, que pueden utilizarse para enriquecer la dieta y cuidar especialmente la salud de las articulaciones.

 

 

Bibliografía

Tendinitis. Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/tendinitis/symptoms-causes/syc-20378243

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