El magnesio es un oligoelemento fundamental para el cuerpo humano, especialmente durante el embarazo, cuando aumentan las necesidades de nutrientes.
Es esencial para el funcionamiento del sistema nervioso central y del corazón, y participa en más de 300 reacciones enzimáticas que permiten el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. También resulta de ayuda para el funcionamiento psicológico normal, y contribuye a reducir el cansancio y la fatiga.
Las fuentes de magnesio
Las mejores fuentes de magnesio son: los frutos secos (almendras, anacardos, varios tipos de nueces, avellanas), la soja y otras legumbres, los cereales integrales (entre los más ricos: el salvado de trigo, el germen de trigo, el trigo sarraceno), el tofu, las algas (especialmente el kelp y el dulse), las espinacas y las verduras de hoja verde, las patatas. La biodisponibilidad del magnesio depende en gran medida de la forma de los alimentos consumidos. En los alimentos frescos e integrales, el mineral está presente en concentraciones mucho mayores que en los alimentos refinados o cocinados.
Por lo tanto, una dieta variada y equilibrada suele permitirnos ingerir la cantidad correcta de nutrientes que necesitamos, incluido el magnesio. Sin embargo, un estilo de vida incorrecto (hábitos poco saludables, fatiga, periodos más o menos largos de estrés), una dieta desequilibrada o condiciones específicas como el embarazo y la lactancia pueden requerir una suplementación de este mineral.
Deficiencia de magnesio
La deficiencia de magnesio se manifiesta a menudo con irritabilidad, calambres y contracciones musculares, temblores, trastornos de la transmisión nerviosa, mareos, migrañas, pérdida de apetito, apatía, insomnio y susceptibilidad al estrés, debilidad, sensación general de cansancio, fatiga muscular. Las deficiencias graves también pueden predisponer a enfermedades cardíacas, hipertensión, osteoporosis y otras enfermedades metabólicas e inflamatorias.
Las migrañas, que son frecuentes en las mujeres que padecen el síndrome premenstrual, pueden estar asociadas a niveles bajos de magnesio, que se debe aportar mediante suplementos adecuados. Un suministro externo de magnesio también puede ser útil para aliviar la dismenorrea durante el flujo menstrual.
El magnesio en el embarazo: lo que dice la ciencia
Durante el embarazo, la concentración de magnesio en la sangre se reduce fisiológicamente, lo que conlleva una mayor necesidad de este mineral. En la mayoría de las futuras madres, esta mayor necesidad no se satisface.
Como han demostrado muchos estudios clínicos, complementar la dieta durante el embarazo con un suplemento de magnesio puede ser útil para mejorar algunos indicadores de salud general. En el mercado, existen algunas fórmulas específicas para el embarazo, como el bisglicinato de magnesio en forma quelada, que es más fácil de absorber por el organismo debido a su mayor biodisponibilidad.
Siempre se recomienda consultar al ginecólogo de confianza, que podrá brindar consejos personalizados y recomendar la mejor fórmula de magnesio disponible en el mercado.
Bibliografía
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